Hoy abrí la habitación de los recuerdos. Al principio me acobardé, tenía miedo de entrar y no querer salir, de tener que convencerme de que sólo son recuerdos. Momentos congelados en la memoria. Pero me hice la fuerte y entré. Vi mil momentos horribles, y millones que me hicieron sonreír. A veces parece increíble todo lo que podemos llegar a guardar. El primer día que le vi, su primera sonrisa. Recuerdo su olor, y la ropa que llevaba. Hasta recuerdo nuestra primera conversación. El primer beso, la primera caricia. Recuerdo su forma de mirarme cuando estaba enfadada, y que no podía evitar estarlo más de tres segundos porque su sonrisa era el motivo más válido para conseguir mi perdón. Asique admiré todo lo vivido y cerré la puerta con llave. Me hacen daño los recuerdos. Tu vida y la mía ya no tienen nada que ver. Lo único que nos queda es esa maldíta habitación, por eso sigo encerrándome allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario